Kiko llegó a la vida de Carmen y su familia siendo una acogida temporal. Pero en cuanto lo conocieron, Kiko conquistó su corazón y se hizo un hueco en sus vidas. Así, lo que iba a ser provisional, se convirtió en definitivo.
Los días malos ya han pasado para Kiko, y ahora tiene una familia que lo cuida y lo mima. Y él, a cambio, les proporcionará inolvidables momentos de felicidad.
¡Os deseamos la mayor felicidad!